Desde la antigüedad, el ser humano ha transmitido el conocimiento mediante la narrativa. En un primer momento una narrativa oral y luego también una escrita. La 'narrativa digital' no es más que una variante en la que para la construcción del relato utilizamos herramientas digitales.
La llegada de nuevas tecnologías y herramientas digitales de fácil acceso y reducido coste, posibilita que tanto docentes como estudiantes puedan desarrollar experiencias de producción de sus propias narraciones digitales mediante las cuales pueden aprender y enseñar haciendo.
Las herramientas digitales permiten optimizar nuestros relatos digitales aprovechando el doble canal de procesamiento de la información -el verbal y el visual- enunciado por Baddeley y mejorar la experiencia de aprendizaje tal y como propugnan las teorías del aprendizaje multimedia de Sweller y Mayer. La tecnología hace posible añadir una determinada información sonora en un instante concreto, modificar el momento en que aparece otra o incrustar una nueva imagen que complemente lo que vemos y oímos.
Como docentes hemos de perder el exceso de respeto que nos supone la caracterización como 'digital' de esta nueva narrativa, pues, en la práctica, todos utilizamos continuamente narraciones digitales: vídeos, podcast o grabaciones de audio, sucesiones de fotografías...
Los beneficios de trasladar al aula la creación de relatos digitales son evidentes:
1. Despiertan el interés y motivan a los estudiantes. Para dotar de motivación adicional al grupo de estudiantes es importante contemplar desde el principio la difusión del artefacto digital que vamos a crear y conectar el proyecto con aspectos próximos a su vida.
2. Acercan el aprendizaje mediante la acción.
3. Son generadores de ideas y preguntas.
4. Promueven la búsqueda proactiva, la investigación, el filtrado de contenidos y la selección de las piezas de información más valiosas ayudando a desarrollar la criticidad y la capacidad de síntesis.
5. Involucran y fomentan el trabajo en equipo y contribuyen a hacer grupo.
6. Requieren de la utilización de tecnologías y herramientas que: a) resultan especialmente atractivas para los alumnos y se encuentran más próximas a la forma en la que se comunican con su entorno y entre sí y b) desarrollan la competencia digital de discentes y docentes.
7. Suponen la producción de un artefacto digital que, gracias a su difusión, genera interacción social, lo que eleva su autoestima.
8. Constituyen proyectos con enorme potencial para abrir el aula y permitir a los estudiantes interactuar con el entorno y expandir su aprendizaje.
9. Son fácilmente adaptables a metodologías diversas como el Flipped Learning o el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP).
10. Permiten trabajar las inteligencias múltiples.
11. Contribuyen a la adquisición y desarrollo de competencias.
12. Afloran los talentos ocultos de algunos estudiantes, lo que, con frecuencia, les otorga un nuevo papel dentro del grupo con la consiguiente mejora del clima de clase.
13. Ayudan a desarrollar las alfabetizaciones múltiples facilitando la comprensión y el manejo de diferentes lenguajes.
14. Y, lo que puede ser más importante de todo: es una técnica que sitúa al estudiante no solo como protagonista de su propio aprendizaje, sino que le convierte en el auténtico transmisor de la información. El alumno va a decidir qué quiere mostrar y cómo hacerlo, va a buscar, seleccionar y sintetizar la información, va a contarnos una historia y, por tanto, va a ser él el que lidere el aprendizaje de los demás. Una atractiva inversión de roles que hace que lo que comienza como una experiencia de aprendizaje se transforme para los alumnos en una experiencia de enseñanza en la que ellos son los expertos que cuentan y, por tanto, los expertos que enseñan y que acaba convertida en una experiencia verdaderamente memorable para nuestros alumnos.
Por supuesto muchas de estas ventajas son aplicables a los vídeos que como docentes realicemos para nuestros alumnos. En nuestro propio proceso de creación del guion y la producción de nuestra narración digital tendremos que enfrentarnos a preguntas y buscar respuestas que nos ayuden a generar narraciones atractivas que persigan, al mismo tiempo, una maximización de la atención que dedican los alumnos, minimizando los recursos que deben utilizar y de las que resulten experiencias enriquecedoras que les inciten a preguntar, a investigar, a querer saber más.
¿Te animas a elaborar con tus alumnos una narración digital y nos cuentas la ventaja número 15?
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